El papa Francisco ha designado a un jesuita para ocupar la secretaría de hacienda del Vaticano, un puesto crucial que permaneció vacante durante más de dos años, desde que el cardenal George Pell fue a juicio por abuso sexual en su Australia natal.
Pell ha apelado a la Corte Suprema australiana su condena por el abuso de dos jóvenes en los años 90, acusación que él rechaza.
El nuevo designado es el padre Juan Antonio Guerrero Alves, un economista español de 60 años.
Francisco creó la secretaría, y designó a Pell para encabezarla, como parte de sus planes de reforma financiera a partir de su elección en 2013. Pell se esforzó por poner orden en las opacas finanzas de la Santa Sede, pero se topó una y otra vez contra la vieja guardia del Vaticano.
Guerrero, como Pell, es poco conocido en el mundo bizantino de la burocracia vaticana, pero sus credenciales jesuíticas constituyen al menos una señal de que goza de la plena confianza de Francisco.
El Vaticano está en un período de crisis financiera desde que sus fiscales allanaron la secretaría de Estado y el organismo supervisor financiero de la Santa Sede al recibir denuncias de una transacción inmobiliaria sospechosa.
AP
